Reivindicación no celebración

apolo

«Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una corona de gloria» JLB

 

He pasado varios años intentando explicar a quienes me felicitan el 8 de marzo o el 11 de octubre, por qué estas fechas no son celebraciones- menos aún del hecho fortuito de nacer biológicamente mujer- sino todo lo contrario: son conmemoraciones de hechos luctuosos de denuncia y protesta por las condiciones de desigualdad que vivimos.

Lamentablemente, la explicación no parece ser suficiente, así que ahí vamos otra vez. Es contradictorio felicitarnos en este día por ser “madres, hijas, abuelas o cualquier otra filiación que se establece en relación a un varón, y peor aún si le suman calificativos como: abnegada, sacrificada, etc., que son refuerzos pasivos de la perpetuación de roles y estereotipos determinados por nuestra condición biológica. Suponen que por el hecho de ser mujeres debemos celebrar “el don” de dar vida teniendo hijos y mejor si es en condiciones difíciles, quizás sola o con un marido que te maltrata, trabajando en la casa y fuera de ella, así se justifica lo de abnegada y sacrificada. Es decir, se hace una oda romántica de las condiciones de desigualdad que nos impone el patriarcado.

Entre felicitación y felicitación se esconde y naturaliza la injusticia, incluso en las más “progres” nos llaman “luchadoras, valientes, guerreras, etc” como si fuera un mérito en sí, cuando en realidad no tenemos elección y ya nadie se cuestiona el por qué tenemos que ser valientes, luchadoras y demás. Es decir, el efecto oculta la causa: la discriminación, la violencia, el hecho de que partimos en desventaja y es por eso que debemos esforzarnos y sacrificarnos más que los hombres para llegar al mismo lugar o trabajar el doble para tener que ganar igual que ellos.

“Una mujer superior en elecciones no vota, y vota el pillo peor (permitidme que me asombre) con tal que aprenda a firmar, puede votar un idiota, porque es hombre”, denunciaba Adela Zamudio en sus versos, cuestionando el sistema de privilegios patriarcal y la diferencias existentes entre hombres y mujeres de su época, en pos de la igualdad. Es en homenaje a ella, que Lidia Gueiler instituye la fecha para conmemorar el día de la mujer boliviana y precisamente Zamudio es la que le da el sentido reivindicativo y no festivo a la fecha.

Entonces si usted quiere rendir un sincero reconocimiento a una mujer, no la felicite, sería un gran principio que no use el término feminazi para descalificar nuestras reivindicaciones, más bien dedíquele unos minutos a aprender sobre feminismo, no hable mal de las mujeres ni haga chistes que reproduzcan estereotipos de género, no use la palabra mujer como insulto, acepte un NO por respuesta.

Publicado en Opinión el 12/10/2018: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/noticias.php?a=2018&md=1012&id=269877

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